Wednesday, November 10, 2021

El jardín de los sueños

 

Nos masturbamos con lo que nos es ajeno. En algún momento de nuestra existencia hemos sido objeto o sujeto de fascinación.

Triángulo puja por transformarse en cuadrado, cuadrado en rectángulo, rectángulo en hexágono y hexágono en círculo.

Cigarrillo sueña con ser cigarro y cigarro con ser habano.

El materialmente pobre quisiera ser rico; el rico codicia la vida “simple” del pobre.

Al desempleado le gustaría tener empleo; el trabajador procura ser jefe y el jefe fantasea con sus próximas vacaciones.

El cachorro anhela ser adulto y el anciano volver a su infancia.

El calvo añora su cabellera de antaño; al que tiene pelo lo cautiva la idea de tenerlo más largo y sin canas.

El que se ducha en invierno con agua fría ambiciona tener calefón; al que se baña con agua caliente le apetecería tener bañera y al que tiene bañera le complacería tener Jacuzzi.

El que anda a pata desea tener unos pesos para el boleto; al que va en ómnibus le encantaría tener bicicleta; al que va en bicicleta lo seduce una moto y al que va en moto le fascinaría ser dueño de un automóvil.

Al final del día, todos los deseos y frustraciones son eyaculados por el saboteador e inconformista que convive en nuestro inconsciente y volvemos a percibir la inevitable e irremediable realidad, sin vueltas ni revanchas.