No quiero volver a escribir; temo que el hereje que
vive dentro mío -ese que no cree en religiones ni en políticos- me venga a
complicar la existencia con sus pensamientos y deducciones salidas de un
sentido común tan subjetivo y caprichoso como lo es mi propia percepción del
mundo. Pensar que venía tan tranquilo en estos últimos meses…. ¿qué necesidad
de complicarme la vida habita en mi para salir al rodeo y exponerme de esta
manera tan absurda y sin sentido práctico alguno? Es probable que existan
varias razones. También es posible que no haya razón alguna y que este impulso
sea una de las tantas sinrazones que conviven en mí. Indudablemente, siguen
vigentes en mí una serie de efectos domino de un pasado que no me suelta. Ojalá
pudiese escribir en prosa o novelar una historia llena de imágenes que generaran un estallido de orgasmos mentales en la cabeza del lector.
Veo cosas que rompen mis ojos, sin embargo me obligo a
mirar hacia otro lado, a barrer la mugre debajo de la alfombra y hacer de
cuenta que aquí no ha pasado nada. Sin quererlo, me convierto en cómplice de
algo que no me gusta ni estoy de acuerdo. Me había ilusionado con que era
posible cambiar. Hasta ahora sigo enredado en las mismas inmundicias del diario
vivir. Maldita sea mi condición humana. Soy una reverenda mierda.