Thursday, October 15, 2020

Encierro (prisión mental)

 

Dormir ha sido su forma de evadirse de la realidad desde que tiene memoria. Sin embargo, ese día se despertó con aliento a desilusión en su boca. Tuvo una pesadilla que le dejo una llaga profunda en su alma: el fulano más popular de su generación- le robo su propio sueño imponiéndole un plan sin consultárselo. A partir de aquella noche, percibe el egoísmo ajeno como una provocación que pone en peligro su libre accionar. Su dialogo interno se volvió complicado, intenso, constante, difícil. Decidió encerrarse, esconderse y así entonces- cambiar el rumbo de su vida con el propósito de sentirse momentáneamente a salvo.

Ahora necesita resetearse, renacer, lograr redefinir su óptica y perspectiva- que a través del paso del tiempo se ha fijado como sopa quemada en el fondo de la olla. No sé si le alcanzara con una esponja de aluminio o si tendrá que comprar una olla nueva, una vida nueva- aunque no crea en la re-encarnación.

No pone todos los huevos en la misma canasta- pero no hay diversificación alguna que tolere una tragedia. Cuando llueve- moja a todos por igual. La fe -esa nebulosa indefinida e imprecisa de un optimismo irracional- parecería ser lo único infalible; el resto del universo está expuesto a la fatalidad y al descalabro. No hay terremoto, incendio, inundación, adversidad ni catástrofe que pueda derrotar a la fe y a la esperanza.

Quisiera ilusionarse con que las cosas mejoraran -pero el esceptismo creció en él como enredadera que no se sabe bien donde comienza ni termina. Debería pensar en todos aquellos que están peor que él. Lástima que la percepción y el pensamiento rara vez vayan de la mano.

La incertidumbre lo incomoda y sabe que alcanzar la verdad es imposible. Él es su único enemigo y lucha contra sí mismo. Sus continuos fracasos lo impulsan a aprender cosas nuevas que lo hacen sentir un poco menos errado cada día. Es simple pero no es fácil.

Forma parte del tumulto de despedazados que deambulan por la vida sin propósitos, metas u objetivos. Es un melancólico que no sabe inventarse una creencia, un flotador que lo mantenga con la cabeza fuera del agua esperando a que llegue la embarcación auxiliadora. Descreído, atento al zarpazo del destino- ha destapado un túnel sin fondo que apesta y su eco sonoro lo traslada a un lugar que nunca imagino ni soñara.





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